Javier Maqua narra, despieza un recuerdo, lo desmigaja, pero, aparentemente, sin intención. Cuenta, cuenta y cuenta anédotas sin parecer darle importancia, analizarlas ni juzgar. Así va pasando la vida de este chico y
Benigno Gómez Gómez o
Gómez al cuadrado o
Zoquete o, simplemente,
Zoco. Sus vidas se encuentran en el vecindario de su abuela donde come la familia cada sábado y a partir de ahí se vuelven a cruzar en el colegio y, de nuevo, en su barrio.
La sombra, como la novela de Maqua, es la posguerra española, la sombra que cubre estas situaciones que crea este caldo de cultivo donde pueden desarrollarse estas y otras historias parecidas, es el monstruo de la guerra. Como describe la contraportada de
La sombra (Piel de Zapa, 2015) "Fue una infancia de monstruos reales y cuentos monstruosos; un moribundo eterno nos acechaba por todas partes..."