martes, 8 de enero de 2019

'Mil ventanas' al interior de Zelada

Cita en el Café Barbieri, está hasta arriba, es festivo en Madrid. Cambiamos de escenario, mejor La Playa, buena música y menos ruido. Recuerdo nuestro primer encuentro. Un pequeño evento por el centenario de las míticas zapatillas Victoria me permitió conocer al cantante y compositor Juan Zelada hace un par de veranos. Juan reconoce que le encantan esos directos reducidos que le ofrecen la oportunidad de tener un contacto más directo con el público, transmitir mejor su personalidad y darse a conocer.

Ahora nos vemos para hablar de su cuarto y nuevo disco. Mil Ventanas saldrá a la venta el 18 de enero y se presentará el jueves 24 en el teatro Barceló con un directo por todo lo alto, con la banda al completo, incluso con vientos. Tocará parte del repertorio antiguo, parte bailonga y parte intimista.


La elección de una gran sala es una apuesta arriesgada, con sus pros y contras, ¿qué te parece el reto?
Los espacios grandes dan vértigo y de repente te preocupas por cosas que no te tendrías que preocupar. Pero el show en directo es muy importante, deja más huella, y más ahora que estamos sumidos en la sociedad de la sobre información y la inmediatez. Muy pocas personas escuchan los discos completos, eligen temas que incluyen en su playlist. Ya no tienes ni si quiera 3 minutos de atención, quizá dispones de 30 segundos para captar su interés. Agobia tener tan poco tiempo para transmitir e impresionar.

¿Cómo se gestó Mil Ventanas?
Fue aquí, en Lavapiés. Tuve una charla hace un año con Sergio Salvi, un productor italiano, la mitad del dúo Delaporte, que también produce a CosmoSoul; dos proyectos muy diferentes, uno de electrónica y otro de soul, pero muy interesantes. Ya le tenía fichado de algunos conciertos porque sabía que me iba a aportar ideas frescas. A la semana siguiente ya estábamos en una casa en Cercedilla, la casa de mi abuela, para grabar la primera mitad del álbum con un estudio móvil. Los techos bajos, de madera y salones alargados dan un sonido cálido y largo a la acústica de la batería. Además, el ambiente aislado de la vida de prisas del centro de Madrid, mirar por la ventana y ver los prados con vacas pastando, favorecía mucho el proceso creativo.

En un principio iba a ser un EP, no teníamos pensado hacer un disco. Entonces hubo un parón, después los músicos tuvieron mucho trabajo cada uno con sus otros proyectos. Francois Le Goffic, guitarrista de Manu Carrasco; Adrián Bartol es mi bajo que también está tocando con Xoel López; Álex Moreno como batería, que toca con Monarchy, entre otros. Todavía estábamos con la gira del disco anterior. Y por fin en septiembre nos metimos en el estudio a grabar el resto, ya en Madrid y a tiro hecho.

En lugares así, imagino que se invoca mejor a las musas, ¿no?

Sí, Sergio me lanzaba referencias, me proponía muchos músicos que no conocía. A la semana llegó la banda, con la que llevo trabajando casi 4 años, desde mi vuelta de Reino Unido, con lo cuál ya había mucha química. He tenido que dejarme llevar por Sergio en muchas ocasiones, aunque en un principio me costaba. Tal como venía haciendo las cosas, haciendo la misma tocata de siempre iba a quedar algo demasiado plano y sus aportaciones podían llevarlo a otro nivel. Entonces ese acto de fe en el trabajo de otro es muy bonito.

¿Qué referencias te proponía Salvi? ¿Cuáles tenías tú?
Sergio me abría todo un mundo de referencias de música electrónica con mucho soul, pero más electrónica como Childish Gambino y referencias italianas de su infancia. Mientras que yo tenía algunas más simples como mi John Mayer y referencias de soul actual con producción fresca, León Bridges... Pero ha sido maravilloso nutrirse de Sergio y que haya decorado mis temas. Desde folk hasta la cumbia latina.

Se nota más latina la parte en castellano y más funky la parte en inglés del disco. ¿Ha sido complicado unificar un producto con una identidad?
Es verdad, hemos batallado con esto, hay muchos palos y muy distintos. Pero hemos intentado hacer una mezcla, que con los temas de repertorio anteriores hagan un producto con más cohesión, más ligado y completo. Al principio los temas eran más dispares, pero entre medias hemos hecho cosas que tienen más sentido.

¿Cómo surge la idea de cambiar de idioma?
Ya desde el principio quería combinar canciones en inglés y castellano. El single de prueba en castellano es Te echo de menos que es muy veraniego, divertido, desenfadado, para ver como funciona, sin tomárnoslo muy enserio. Lo han escuchado en Colombia y en México, y no ha ido nada mal. Pero otros temas en castellano remiten a otras cosas que me gustan más como Kevin Johansen o Jorge Drexler. Hace un par de años hice una colaboración con Bebe y Carlos Jean, A carcajadas para Renfe mezclando los dos idiomas, que es lo único que había grabado en castellano.

Ya que citas algunos artistas ¿Con quién te gustaría trabajar?
En el mundo latino, Drexler es un músico que lleva veintitantos años trabajando y celebro mucho su éxito del disco Salvavidas de hielo, que ha recibido un reconocimiento muy merecido por toda la trayectoria de los Latin Grammys. Es alguien que siempre he admirado. También me encanta lo que hace Quique González, es una maravilla de voz. Pero también hay mucha gente quizá más cercana. Somos amigos de Morgan, Nina y los chicos son geniales, ella ya cantó conmigo en mi último disco Be Somebody (2017). Rufus T. Firefly, más psicodelia y rock alternativo, me flipa la cabeza que tiene Victor. Jairo, Depedro, que me parece brillante todo lo que hace y tenemos amigos en común. Y esto en el ámbito local, fuera a muchísimos músicos con los que me encantaría hacer cosas. Pero desde un punto de vista humilde, siempre, te sientes muy pequeño. Además, vengo de guiri, de estar 10 años viviendo en el extranjero.

¿Qué otros formatos te gustaría probar?
No sé si conoces los tiny desk concert, son conciertos que hacen en una librería, ha comenzado a hacerse en América. Artistazos de nivel muy top, hacen acústicos en una biblioteca o librería muy chiquitita con un micro así alargado. Hay uno de Anderson Paak, que es genial- Y es que te ves uno tras otro de forma compulsiva.

¿Cómo va a ser la gira de mil ventanas?
La gira va a ser durante febrero, marzo y abril, haciendo salas pequeñas e intentar acabar en lugares de más renombre. Pretendemos mezclar los discos anteriores, para las cuatro personas que ya nos conocían (me señala y se ríe) y, principalmente, el disco nuevo. Con la novedad de las canciones en castellano, teniendo en cuenta que para mí es algo nuevo, a lo que me tengo que lanzar sin miedo.

¿Estás más cómodo en inglés entonces?
Bueno en realidad no tengo tanto que perder, porque no hay tanta gente que me conoce. Aunque el proceso sea distinto para mí, difícil de asimilar, para el que venga a verme, vendrá de cero. Además de que a la hora de crear no puedes pensar en qué va a pensar la gente, porque no le puedes agradar a todo el mundo. Para mí es sacarme una necesidad vital, me apetecía como reto, sacarme estas canciones de encima y compartirlas. No lo hago por el poco interés comercial que tiene mi perfil. Lo importante es hacer tu camino sin estar tan influenciado por lo que opinen los demás.

Si, es bonito verlo así, pero siempre existe la búsqueda del éxito.
Siempre hay interés comercial, pero creo que viene motivado por compartir tu música con el mayor número de personas posible. Es un proceso natural que me salgan canciones. Acabas de terminar un disco y ya te están naciendo otras. Es un proceso siempre visceral, evolutivo, estás constantemente intentando ubicar por qué he hecho esta canción y con qué la vinculo, pero siempre hay un porqué. Escribo de forma autobiográfica, sensaciones del mundo actual que nos rodea. El mundo efímero, las redes, que nos está haciendo perder el norte. Nos tenemos que mirar todos más al ombligo y preguntarnos qué buscamos. Hay mucha cultura de aparentar y muy poca de autenticidad.

Tienes una extensa carrera a tus espaldas con reconocimientos importantes, ¿qué es lo más importante que te ha pasado?
Yo empecé con mi banda en Inglaterra teloneando a Amy Winehouse en 2008, pero no es eso, es lo que esconde detrás. Yo no había hecho nada para merecerme ser telonero de Amy. Nos habíamos juntado unos músicos y me puse a componer para ellos cuando vi la buena honda que me daban. Cuando no funcionó su proyecto, buscaron cantante y esos músicos se hicieron mi banda. Su comienzo de gira fue el comienzo de mi proyecto. Hay gente que se queda con esas 20 fechas que tocamos sobre el mismo escenario, pero para mí fue más que eso. Les decía a mi banda: "después de esto todo es cuesta abajo, hemos empezado muy arriba, ahora toca tragar mucha mierda".

Me imaginaba que la respuesta sería ser telonero de Amy o el premio que te dio Paul McCartney a la composición.
Sí, eso comenzó con una beca para ir a la escuela de artes escénicas de Liverpool (IPA) que fundó Paul McCartney en lo que fue su antiguo colegio. Ahora es un sitio maravilloso, mantiene la esencia de colegio victoriano. Ves las aulas y piensas aquí estaría con John Lennon pensando en Penny Lane. Y en el proyecto fin de curso compuse un disco que grabé con unos noruegos, que finalmente no publiqué nunca porque no estaba muy orgulloso de las voces. Pero que tenían canciones geniales y yo encontré mi voz, hablando de forma musical. Quería hacer muchas cosas, jazz, funky, latin... Vi que la simplicidad de cantar canciones sentidas de folkpop pero básicas, adquiría más sinceridad y autenticidad. Y para mí fue más importante encontrar mi voz que dar la mano y una pequeña charla con el ex-Beatle.

La siguiente ventana que nos vas a abrir de esas mil ventanas... 
Hasta que no me bailes, la sacamos el viernes de la semana que viene. En el vídeo aparece un hombre entrando en la oficina, muy cansado de tanta rutina, y lo que está pensando es que quiere bailar. Es un tema que me lleva a contar que no nos tenemos que tomar las cosas tan enserio. Es muy funk, incluso, disco. Yo solía bailar muchísimo y ahora, con la edad vas creciendo y cada vez bailamos menos. Con lo bien que nos sienta bailar.

¿Cuál es tu ventana o tu vía de escape cuando te agobias?
Es la de lobo solitario, lo que los ingleses dicen loner. Se me da bien estar con amigos, en sociedad, el paripé de los eventos; pero luego estar uno a uno con tu instrumento, tu guitarra o tu piano, te encuentras en tu elemento. Desde ahí es desde donde termino hablando de las incertidumbres y las inseguridades de la vida. Encuentro una conexión a través de una canción, donde veo mi ventana para dirigirme y saber qué es lo que quiero decir. En la canción simplifico con las ventanas del ordenador cuando la que debemos aprovechar es la llamada de una amiga para salir y tomar algo.

En el panorama musical nacional está muy de moda los festivales, ¿vais a estar en alguno? ¿qué te parecen?
Si estuvimos en algunos el año pasado; en Canarias, en el Enclave de aguas en Soria, en Galicia, en el Náutico (O Grove) donde veraneo... Algún festival de Estrella. En España es que está el panorama muy homogeneizado, se han convertido en calcos unos de otros. La mayoría de los grupos grandes son los mismos, se repite el esquema. En Inglaterra cuando te hacías en un verano 30 o 40 festivales, con más presupuesto, cada uno era diferente, había mucha diversidad. Pero vamos, que estamos de enhorabuena, ahora en España hay más festivales que nunca, el año pasado casi 800, pero hay que rascar un poco para encontrar festivales molones y originales. La parte negativa es que el público ahorra para ir a los festivales en verano y deja de ir a los conciertos de las salas en invierno.

Cierras el disco con el tema No me quiero ir... Veo que eres un profesional que lleva 14 años de carrera con éxitos y altibajos, imagino que es el momento de quiero llegar y no me quiero ir.
Me encanta que hayas dado con esa segunda lectura del tema. La primera es mucho más simple; cuando terminas un repertorio en un concierto o con amigos, cantar el no me quiero ir. O cuando se acaba el verano... hay muchos momentos fenomenales que no queremos que terminen. La segunda forma de verlo ya no es tanto en lo personal como en lo profesional. Que siga teniendo la suerte de seguir merodeando por aquí añadiendo mi granito de arena de canciones y que me escuche quien quiera, pero que de repente le aportas un rato agradable a alguien que va con los cascos o está estudiando. Le pides a los dioses musicales que te sigan bendiciendo con el lujo de seguir ahí inspirado por las musas.

Y bueno nosotros tampoco nos queremos ir a nuestras siguientes tareas, después de esta conversación tan interesante. Pero Juan está en plena promoción de disco, así que tiene la agenda llena de compromisos. Ya no queda nada para que aparezca en las tiendas de discos Mil Ventanas, el 18 de enero está a la vuelta de mil esquinas. Y el 24 nos vemos en el teatro Barceló a ver si supera su reto en castellano.







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