lunes, 23 de enero de 2017

El cetáceo se hace a la mar

Beluga, además de una ballena, es una banda de rock nacional que lleva desde 2011 apretando tuercas, limando asperezas, ajustando valores para ofrecernos por fin su primer disco, Búmeran. Aunque su música se encasille en el rock, sus diferentes búsquedas han dado como resultado un estilo alternativo, oscuro y contundente que marca la diferencia.

Los primeros coleteos de Beluga los pudimos escuchar a finales del verano 2015 cuando grabaron su single Diario. En otoño viraron hacia El lado izquierdo, para grabar este disco que presentaron el sábado 21 en la sala Siroco de Madrid (San Dimas,3). Su psicodelia llena de fuerza llegó a todos los rincones de la sala, abarrotada para la ocasión.


La presentación comenzó con un concierto acústico de Noprocede, en el que Beltrán defendió su disco Grisú, de una manera muy íntima y personal, desgarrando sus letras con su desgarrada voz. Nada que ver con el sonido del album grabado en estudio, dos versiones muy diferentes de una misma historia muy bien narrada. Sobre las 23 daba paso a los protagonistas de la noche, Los Beluga.

Beluga llega navegando, abriéndose paso entre el mar de adeptos que se reunieron en la mítica sala de la capital. Mandando callar al rumor y comenzando su actuación con un tema acústico desde abajo del escenario. Los bailes de Carlos Charra, la voz de la Beluga, son realmente un espectáculo añadido, contagian esa potencia que los caracteriza. Retorciéndose sobre sí mismo al ritmo de la música, estallando en saltos y cabezadas que despliegan todo el encanto de su melena con la percusión enérgica que se marcan estos locos por la música.

Si Búmeran, el disco que presentan, suena bien, tendrían que escucharlo en directo. La banda, completada por Lukas Triguero, Luis Paúl y José Moufas, tiene unas pilas inagotables que les imprime el empaque para sumar todos los ingredientes necesarios para perfilarse como una gran apuesta del indie nacional a partir de ahora. En esta gira de dos partes, que ya les había traído por la ciudad gatera, les trae de vuelta con un premio bajo el aleta, tras haber ganado el I Certamen de música El muelle de San Blas. Los que siembran ya empiezan a recoger. Buen viaje cetáceo.

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