
No hace más de dos años,
Muma eran solo cuatro paredes. Hoy, tras una reforma y muchas ganas de cumplir sueños, se ha convertido en una
galería de arte. En 2013 el local de la calle del arte (no podría encontrarse en calle más apropiada), en el barrio de Pinar de Chamartín, estaba sucio y deslucido, abandonado a la suerte del paso del tiempo.
Gerardo Muñoz, el hijo de la propietaria del habitáculo, pensó que darle un lavado de cara sería una buena idea. Unas manos de pintura y una instalación eléctrica innovadora, con lámparas infundibles de led, dejaron el espacio acondicionado para una futura explotación.