martes, 11 de junio de 2019

Los estudiantes del sonido sacan matrícula

Cachitos de más de 300 canciones de los años '20 a los '60 en un mismo álbum. Este tipo de cosas que parecen imposibles son las que se proponen los mexicanos que han formado un instituto para estudiar lo que más les gusta; el sonido. Además, estos alumnos aplicados, superan sus exámenes con nota. Al más puro estilo Esquivel, experimentan con la electrónica y la música popular, tantos beats que si les preguntas por el más raro que han usado la respuesta es que no podría desvelarlo porque algunos rozan la ilegalidad.


Camilo Lara y su IMS (Instituto Mexicano del Sonido) cruzaron el charco en 2006 para quedarse. Llegaron con su primeros temas bajo el brazo, como unos colegiales con su carpeta, y fue publicado por primera vez en Madrid, bajo el sello Lovemonk, mientras en su país natal se hacia en una independiente. Ahora repiten hazaña. Llenan la sala Caracol hasta la bandera de gente con muchas ganas de fiesta. La muestra se nos hizo corta a todos, pero estos chicos no estaban para repetir, más bien estaban de sobresaliente.

Salieron al escenario vestidos de gala al son de su T-shirt de la Nasa; Camilo con su sombrero tan característico y el grupo a lo preso de Guantánamo. A partir de ahí, ya no hubo ni un minuto de descanso, ni un recreo, hasta que acabó la clase magistral. Toda la sala estuvo entregada a la sabiduría de los aventajados del aula y disfrutándolo como chavales hasta que sonó el timbre. Resultado: Cumlaude.

Esa misma mañana me veía con Camilo para tomar un café y hablar de algunas cuestiones. Sobre la fusión tan mágica que lleva haciendo más de 12 años, con cuatro discos a sus espaldas, con el quinto en promoción sin haberlo cerrado después de dos años de elaboración. El Disco Popular que saldrá para finales de año es una carta de amor al DF de México (ahora Ciudad de México, CDM) y como cambian las ciudades con la modernidad. 'Como cuando tu mujer de toda la vida se hace retoques de cirugía estética, la seguirás queriendo, pero no es la misma mujer de la que te enamoraste' puntualiza Lara.

Pregunta: Imagino que es una vida con un ritmo tan frenético como tu música de baile, llegaste ayer y te vas en dos días a Francia, después Bélgica...
Respuesta: Sí, en ocasiones. El año pasado nos tiramos 7 meses del año de gira. Es muchísimo. Pero este año casi no he tocado y he estado más produciendo, vas equilibrando. Porque estar girando, cansa mucho. Y tienes que estar con gente que te caiga bien, si no terminas matándote.

P: Y ¿qué es lo que más echas de menos?
R: A mi perro, es un Shiba, super bonito... (mientras busca una foto en su móvil para mostrármelo).

P: Por qué crees que enganchó tan bien tu sonido en nuestro país?
R: Creo que porque mi música tiene un pie en México, y eso aquí enganchó bien. El comienzo allí era más difícil porque la cumbia tiene un origen muy de pobres. Entonces criticaban los cumbieros más tradicionales por mezclarla y la clase media lo tachaba de música de pobres. Pero poco a poco ha encontrado un hueco en el mundo más global, aunque sea algo muy local.

P: Algo parecido a lo que le pasa a Rosalía, quizá ¿Por cierto qué te parece?
R: Rosalía es lo máximo, qué bueno que esté ella ahí. Se lo merece todo, porque es un producto, como somos todos. Pero todos trabajan mucho. El Guincho, por ejemplo, ha trabajado mucho para lograr ese sonido, soy muy fan de los dos. El mayor export español, después de las Ketchup. Está cerca de ser la nueva Rihanna. Lo mejor es la lectura de que el eje anglo esté cambiando y la espina dorsal de la cultura pop ya no sea todo entre EE.UU. e Inglaterra; si no que esté en otros lados. Cada día más llega la cultura popular de Colombia o de El Congo.

P: Has hecho multitud de colaboraciones ¿Cuál te ha enriquecido más? ¿Con quién te ha gustado más trabajar?
R: En este año, para el último disco, está tocando en muchas canciones el guitarrista de Blur, Graham Coxon, y soy fan de él, me parece uno de los mejores del momento. Y el año pasado estuve haciendo cosas con Beck y también hice un remix para Interpol, todos ellos son increíbles y ha sido divertido trabajar con ellos.

P: Y ¿con quién te gustaría colaborar?
R: Mi super ídolo ahorita sería El Niño de Elche. Me parece que el disco que ha hecho es el mejor disco del año, algo que no había oído. Es brutal, no sabría en que caja ponerlo, es una locura. Es un disco que traspasa cualquier cros, polinización de cualquier sonido. No sabría si es de aquí o de latinoamérica o de donde sea. Y super trasgresor, sabiendo que el mundo del flamenco es tan apretado... He leído notas de El Niño de Elche, que se le salen personas ofendidas de los conciertos. Y eso es muy buena señal para empujar el flamenco a otro lado. Se nota que hay una esencia o elixir pasada por la modernidad. Como decíamos de la cumbia en México o de Rosalía.

P: Hablando de cajas, tu sonido tradicional y electrónico ¿imagino que lo mamarías desde pequeño?
R: Si yo crecí escuchando tanto la música popular mexicana, cumbia, Pérez Prado..., como el new wave y electrónica de los 80's.

P: ¿Si tuvieras que elegir una de las dos?
R: ¿Si tuviera que matar una? Mataría la música electrónica, obviamente. Me parece mucho más rica la música tradicional. Creo que a partir de ahí se pueden construir muchas más cosas.

P: ¿De dónde has sacado el beat más raro?
R: No te podría decir porque me demandan. Antes lo hacía mucho, me podía haber metido en líos por ser un inconsciente, sampleaba cosas que no tenía que samplear.

P: Hoy vas a una sala pequeña, pero también tocáis en muchos festivales ¿dónde te sientes más cómodo?
R: Me encanta tocar en los festivales y sitios grandes porque se vuelve una cosa muy loca. Pero igual, en lugares chiquitos, se hace otro show también super divertido. De las dos hay cosas buenas.

P: ¿En qué festival te gustaría estar?
R: Pues aquí, en el único que no he estado es el Primavera Sound.

P: Parece que la gente quiere divertirse y tu música es la respuesta, aunque siempre tienes un toque reivindicativo, como hemos visto, sobre todo, en tu tercer disco Político.
R: En México te vuelves muy político por tenerlo muy cerca, por más lejos que trates de estar de eso, terminas hablando de ello. Siempre me ha gustado hablar de lo que está pasando. Muchos de los discos que más me gustan de baile son políticos, siento que no está peleado el bailar con la política. No me gusta que cuando se habla de estos temas todo el mundo se ponga serio. Bailemos para olvidar o para recordar.

Cuando pregunté que esperaba de esta noche, dijo que un show muy especial porque habían hecho sold out y era la primera vez que tocaban solos en una sala. Y no se equivocaba Camilo, se graduaban con matrícula, él y sus chicos del Instituto Mexicano del Sonido.



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