jueves, 25 de enero de 2018

Vinos con alma

Una copa de alma, es lo que digo últimamente al llegar a un local. No es un frase textual, pero casi. Los vinos pálidos con sus tonos dorados, pajizos o, incluso, irisaciones verde limón, han ganado nuestros paladares para iniciar un aperitivo, un cóctel o pre-cena. Y es que son licores con una esencia y un cuerpo muy especiales, un aura, que llamaremos alma.

No sé si cuestión de modas o cuestión de gustos, pero los vinos blancos se han instalado en las cartas de los bares y restaurantes de un plumazo y para quedarse. De hecho, varias bodegas, más conocidas por sus tintos, están empezando a comercializar o repuntar sus blancos. Este es el caso de Cune, Muga o El Diamante de Rioja.

Una evidencia es que los que más triunfan son los semi-dulces. Y entre ellos uno de mis preferidos es el Alma, un caldo de tierras castizas, nacido en nuestra comunidad, concretamente se fermenta en las bodegas Laguna de Villaconejos, un pueblo del sur de la provincia de Madrid. Con uvas 100% malvar tiene un olor floral y frutal con recuerdos a pera y melocotón, color pajizo y reflejos verde limón y gusto dulce con cuerpo untuoso. En estas bodegas también se hace la versión seca, más adecuada para maridar con platos principales, el Alma de Valdeguerra.

Por aconsejaros lugares donde tienen el buen gusto de ofrecernos esta bebida dionisiaca con nombre y apellidos, con dulzura, pero carácter y tierra con denominación de origen Vinos de Madrid, podemos citar la taberna La Gaditana (Fuente del Berro, 23 o Lombia, 6). Sitios más modernitos como el restaurante MadCooking (Suero de Quiñones, 18) o el Monty's (Alcalá, 381) ambos con unas cartas de cocina mediterránea creativa con variadas fusiones. Incluso un clásico del sur de la provincia, en Aranjuez, El Rana Verde, también tiene Alma en su carta.

Si quieres disfrutarlo en casa lo puedes comprar en supermercados como Alcampo, CarrefourEl Corte Inglés, entre otros, con un precio muy económico, poco más de 3 euros la botella. Para que no haya excusas que el universo vinos es caro podemos recomendar también una versión más económica todavía, la más parecida por procedencia y D.O., incluso tipología de uva, aunque en este caso tiene mezcla de airén y malvar. Me refiero al Vega Madroño, de las bodegas Vinos Jeromín.

Ya que hablamos de locales con gusto para el vino, no podemos pasar por alto las Tabernas El Papelón, unas franquicias que nacieron en Sevilla y que nos acercan un trocito de Andalucía a 3 puntos de la capital. Personalmente, conozco el de la plaza Jacinto Benavente y a destacar los vinos, en especial el vino de naranja que además no había visto nunca. Tiene un aroma y sabor afrutado, claro está, de naranja con recuerdos de azahar, muy sevillano.

Bares de vinos para que sigas tu mismo con la exploración del mundo etnológico de la ciudad gatera también podemos apuntar. Para empezar uno con solera, La Venencia (Echegaray, 7), es una taberna gaditana con mucho encanto por la decoración de bodega, barriles y polvorientas botellas. Otro mítico es El Anciano Rey de los vinos (Bailén, 19), esta taberna centenaria con magníficas vistas de la Almudena tiene hasta su propia leyenda, descúbrelaVides (Libertad, 12), esta vinacoteca además de buen gusto y buena mano para la recomendación tiene tapas de embutidos especiales y escabeches. La Loca Juana (La Palma, 63) más cool, de la comida no puedo hablar pero la selección de vinos y la atención bastante buena. Y Gran Clavel (Gran Vía, 11) es una vermutería nueva en plena arteria de Madrid.

También tenemos algunos blancos que nos gustan mucho y nos alegran las veladas como el Habla de ti de las bodegas extremeñas Habla. Y es que este fruto de tierras de conquistadores como es Trujillo dice mucho de nosotros y es ideal para sociabilizar. Este lo encontrarás en muchos locales, pero hay un lounge bar muy acorde con el porte del vino, un palacete del siglo XIX para príncipes de hoy con una carta en constante evolución y renovación, Fortuny Restaurant & Club.

Si estos te parecen agradables me atrevo a recomendar otros blancos como el Satinela de Marqués de Cáceres, Anahí de Javier San Pedro, Nube de Leza García, Libalis de Castillo de Maetierra, incluso un Verdejo semidulce de la bodega Santa Cruz de Alpera. Y podría hablar de varios Albariños, muy en la línea de esos matices dulces, afrutados y frescos sin renunciar a la personalidad, pero esto es otro tema para detenerse y analizar más en profundidad.

Con toda esta guía de vinos y lugares especiales donde degustarlos ya solo queda que te busques una buena compañía para hacer la ruta, descubrir los que más te gustan y disfrutar con las conversaciones y las vinoterapias que se generan en este ambiente tan propicio para el diálogo.

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