Ciencia y arte, dos en uno. El misterioso Leonardo Da Vinci nunca deja de sorprender.
Más de 60 reproducciones de sus inventos, elaboradas por artesanos a las órdenes de Modesto Veccia, son el reclamo más didáctico y divertido, ya que se pueden manipular. Algunos son objetos ahora habituales en la vida cotidiana, como los rodamientos. Otros, aparatos curiosos como la rueda dentada-linterna o el que demuestra el movimiento alterno: girar su manivela provoca un desplazamiento rectilíneo.
Leonardo diseñaba ingeniería militar, acuática e instrumentos de música, además del ornitóptero, 400 años antes del primer aeroplano.
Todos los secretos del sabio se conservan en 6.000 páginas de sus códices, que pretendía publicar en una enciclopedia, y de los que se exponen 40 manuscritos.
Su costado más artístico se presenta en alta definición para mostrar los 25 detalles que halló Pascal Cotte con infrarrojos en Mona Lisa, El hombre de Vitruvio o La última cena.
La despedida del genio son sus inspiradoras frases. No falta la tienda de souvenirs, pero esta vez su inspiración da también para tentempiés. El Rincón de Sergi Arola explora en forma de tapas el gusto del italiano por la gastronomía, que demuestran in situ sus recetas y uno de sus inventos: la cortadora de espaguetis.
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