lunes, 19 de marzo de 2012

Una historia de mujeres

El 8 de marzo fue un día para recordar a grandes figuras de la historia que no fueron suficientemente reconocidas en su momento. No podía olvidar y obviar el Día Internacional de la Mujer. Ojala pensara que ya no es necesario, que con la lucha individual, cada una consiguiera la igualdad, pero todavía hay ocasiones en las que tenemos que unirnos en una sola voz para gritar más fuerte y se nos escuche.

En motivo de esta fecha se inauguró la exposición 100 años en femenino, toda una lección de historia que no se estudiaba en la escuela hace no tantos años. Documentos, fotos, cartelería, textos, citas, gráficas y videos dan testimonio de la realidad oculta de las mujeres al son de Ojos verdes o María de la O en el Conde Duque (C/ Conde Duque, 11) hasta el 20 de mayo.



El punto de partida es 1911, el año en el que comenzó a celebrarse este día en varios países y aunque se centra en el movimiento feminista es España, no se desprende del contexto Europeo.


El origen fue el Women's Day de las socialistas estadounidenses, cuando en 1908 se manifestaron para pedir el voto. Y Austria, Alemania, Dinamarca y Suecia acogieron esta idea para celebrar su día de la mujer tres años después aunque en fechas diferentes. Fue así hasta que el 1914 las socialistas alemanas pidieron que se otorgara el 8 de marzo como la fecha oficial.

En el Siglo XVIII en nuestro país las mentes empezaban a ilustrarse y como parte de ese despotismo comenzaba a introducirse a la mujer en el trabajo, para favorecer la prosperidad económica de la mano del padre Feijoo y Jovellanos, creando escuelas para niñas y la Junta de Damas entre otras instituciones, pero sin cambiar la consideración y valores añadidos a la mujer seguían siendo la humildad, sensibilidad, sumisión...

Así a principios del XIX, a pesar de no existir un movimientos feminista, en EEUU y Europa empieza a desarrollarse. En España algunas de las que intentan romper el canon patriarcal sin conseguirlo fueron Gertrudis Gómez de Avellaneda, Concepción Arenal o Emilia Pardo Bazán que pretendieron entrar en la Real Academia, desde dónde podrían haber removido los cimientos de la terminología y la educación discriminatorias.

 

La República, como régimen democrático, dio cierto margen a las mujeres que iban ganando batallas contras las leyes represoras e igualando sus derechos. Cuando estalló la Guerra Civil lucharon como milicianas en la resistencia, en tácticas e infraestructuras, entonces se necesitaba su trabajo mientras los hombres estaban en el frente. Y la Sección Femenina de Francisco Franco organizaba el Auxilio Social. Ya se veía qué papel tenía el dictador reservado a la mujer.

Tras la guerra comenzó una emancipación tutelada, siempre bajo la sombra de la figura masculina. Muchas mujeres se exiliaron ya que la política de Franco se basaba en la unidad familiar; apoyaba la natalidad con ayudas a recién casados y premiaba las familias numerosas, siempre y cuando la madre no trabajara fuera de casa. El testimonio de una mujer de la resistencia, en el video de Virginia Villaplana da fe de lo duros que fueron aquellos momentos.

A finales de los 60 las féminas se empezaron a organizar surgiendo el movimiento de liberación junto a otros movimientos por los derechos humanos. En diciembre de 1975 se hacen las primeras Jornadas por la Liberación de la Mujer que defendían la sexualidad libre, acceso a la política, igualdad en el trabajo, despenalización del adulterio y el aborto, etc.

Con la muerte del Generalísimo y la llegada de la Democracia se abre otra puerta en la vida de las españolas y otra puerta en la exposición, donde escuchamos temas más actuales y reivindicativos como Mujer florero de Ella Baila Sola o Mujer contra mujer de Mecano.

En la Constitución de 1978, la actual regidora de los derechos de los españoles, en el artículo 14 hacía iguales a todos los ciudadanos ante la ley. Aquí, la proyección de una escena de Carmen Maura en Cómo ser mujer y no morir en el intento de Ana Belén identifica un caso de discriminación laboral.

Trata temas de lo que pasaron nuestras abuelas y madres, pero llega hasta los temas más actuales como la violencia de género, la publicidad, la homosexualidad, la desigualdad salarial o el indicativo del número de mujeres en el ejército o la universidad.

Tenemos que dar las gracias a todas aquellas que lucharon por los derechos de la mujer, aunque queda mucho camino, como dice el sociólogo Mariano Fernández Enguita "Se puede legislar sobre empleo, pero no sobre las tareas domésticas"

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