Sincero/a, actualmente es una palabra en sí, que define la forma de actuar con sinceridad. Indagando en sus orígenes, existen dos posíbles teorías sobre su nacimiento.

Así, los buenos artistas, hacían figuras perfectas, pero los más mediócres o chapuceros las hacían deprisa y corriendo y los fallos los disimulaban tapando los huecos con cera, que además le concedía un brillo especial a la pieza.
Al tener una competencia tan desleal, los grandes modeladores anotaban en sus cartelitos "hecha sin cera" o simplemente "sin cera". Con el mero hecho de omitir el espacio, obtenemos el objeto de análisis.

Pero, otra hipótesis más antigua, incluso anterior al arte y práctica escultórica, según los linguístas más reconocidos, es que procede del latín. Del adjetivo sincerus que significa puro y exento de mezcla, donde el prefijo sin o sem que denota uno, único, sin división, así forma palabras como simple, singular o sencillo. Y en la enciclopedia italiana, encontramos la acepción de algo "virgen" como atributo de lo puro, como ocurre en la clasificación del aceite de oliva.
Sincero/a, tiene una etimología curiosa que se da a varias interpretaciones, la popular y la científica. Como humanos, por definición parece gustarnos lo mágico de una historieta o leyendas que expliquen cosas que desconocemos. Hay ocasiones, más de las que creemos, que las inventamos y nos quedamos tan contentos. Seguro que prefieres la primera explicación aunque sepas que no es la cierta.
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