viernes, 23 de febrero de 2018

La caña de España en Madrid

Las cañas o las dobles, los quintos o los tercios, las jarritas o jarrotes son la alegría de la vida. Dependiendo de si de barril o botella; las medidas más grandes o más pequeñas, tenemos multitud de formas de pedirla. También según dónde te las tomes y rodeado de quién estés tienes los botijos, birras, minis, macetas, zuritos, tubos, copas...

Las marcas que más gustan en la capital son varias, además hay preferencias de todo tipo, pero la más habitual en la ciudad gatera es la castiza y centenaria Mahou. Esta cervecera fundada en 1890 como la hielera Hijos de Casimiro Mahou, nueve años después se hizo con los servicios de un cervecero alemán, y se ha convertido en la compañía cervecera líder de España tras la compra de San Miguel en el año 2000. Esta rubia de gran tradición cañera se ve las caras ahora con otras más jóvenes y provincianas que vienen ocupando muchos grifos con un gran sabor: la Estrella Galicia (Hijos de Rivera, 1906. Coruña), Ambar (La Zaragozana, 1900. Zaragoza) o la Alhambra (Cervezas Alhambra, 1925. Granada), entre otras, pero estas son las que más nos gustan.


Para tomar esa caña tan valorada como el oro de su color, hemos preparado reseña de algunos de los más míticos, los más baratos, los que mejores tapas gratis ponen..., pero eso sí siempre con un buen ambiente y buen barril.

Uno de los barrios donde se sale mucho a cañear es Malasaña. Por San Bernardo, nos encontramos un bar de los de barra larga de acero inoxidable, El Palentino (Pez, 8). Es un bar de barrio, la comida es correcta, tienen una plancha que siempre está echando humo. Bocatas, montados y sándwiches marchando. Pero las cañas están muy bien tiradas y los precios populares, ¿qué más se puede pedir?


Otra zona apropiada para el aperitivo es la Latina. Este territorio caña se ha puesto muy de moda en los últimos años con lo que muchos locales se han ido modernizando, pero todavía nos quedan algunos con solera, como es el caso del San Millán (Toledo, 6) donde tienen una oferta estupenda para tomar en barra: dos cañas y una ración por 5 euros, lo mejor para coger fuerzas y seguir de ruta. Otro de latineo es el Muñiz (Calatrava, 3) que cuando empieza el buen tiempo ocupa toda la calle, con los portones de cristalera abiertos, donde ofrecen croquetas, oreja, y un sándwich de rabo de toro increible.

Estos pueden ser muy buena opción para terminar un domingo de Rastro. Y si acabas el recorrido por la parte sur del mercadillo, puedes pasar a compensar sales minerales en la Pequeña Graná (Embajadores, 124). Un cachito de Andalucía con esa filosofía granaína donde podrás elegir tapa con cada consumición.

Por Chueca, que aunque nunca haya estado de moda como barrio de cañas, tampoco le han faltado bares para tomarlas. Uno de los que recomiendo siempre para que te pongan una bien fresquita y bien tirada, es el Respiro (Infantas, 34), que además va muy bien acompañada con un plato de comida casera (patatas con chistorra y pimientos, paella o pollo al ajillo). En la misma calle tienes dos del mítico El Tigre (Infantas, 30), que ya se ha convertido en cadena con tres en el barrio. Es del mismo estilo, barato y tapas caseras, aunque suele estar muy lleno de jueves a domingo.

Al otro lado de la Gran Vía, en la calle Caballero de Gracia, tienes dos buenas opciones, una enfrente de la otra, el Rincón Abulense hogar de Ávila (nº 18) y el restaurante asturiano y sidrería La Casina (nº 7). Dos lugares que ofrecen platos regionales muy bien adaptados a las gentes que transitan el centro de Madrid.

También muy céntrico, y muy a mano si sales o vienes de viaje, tenemos El Brillante (Pl. Emperador Carlos V, 8) en las proximidades de la Estación de Atocha. Puede ser un poco caro, pero lo típico a veces se paga y el bocadillo de calamares de este bar es toda una institución. Otra posibilidad de tomar ese bocadillo de calamares tan de aquí son los alrededores de la Plaza Mayor, una de las mejores es La ideal (Botoneras, 4), una tasca muy estrechita pero con unos bocatas ideales.

Para terminar, por si no lo conocéis, hay un lugar donde tienen patentada la receta de las patatas bravas. Como no podría ser de otra manera, se llama Las Bravas (Pasaje Matheu, 5) y tiene una carta especializada en la salsa, ya sea acompañando patatas, tortillas, croquetas y/o algunas raciones de lo más común en bares. Esta sede está localizada en la calle de los espejos deformantes, aunque tiene otros dos locales también por la zona de Las Letras.

Para que tomes las cañas de grifo bien tiradas y disfrutes tapas de toda la vida, estas son algunas barras donde no encontrarás una cerveza sin fuerza ni te ofrecerán fusiones extravagantes para sorprender tu paladar. Porque hay veces que nos apetece lo de siempre, pero de buena calidad. ¿Para que reinventar lo que ya nos encanta?

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