Me declaro blusera, aunque solo sea en invierno

Puede ser la depresión que produce el frío y el mal tiempo; puede ser el latido del amor que se ha ido; el lamento de estar lejos de la tierra o el llanto de perder un ser querido. Pero el blues está entre nosotros lo oigo en el viento, en la atmósfera nublada, húmeda y densa del invierno. El lamento de la armónica sopla tu pelo y el ritmo de unos pasos de botas sobre el sonoro suelo de madera hueca reaniman el latido apesadumbrado de nuestros corazones apagados por la falta de luz solar.

Es época de blues, no se si lo percibís pero acecha en los locales y subsuelos de Madrid. La música más característica para los gatos. Ya tocaban jazz y blues los Aristogatos de Disney sobre los tejados de la ciudad. La música en directo durante los meses de invierno sufre unos cambios que a menudo son muy drásticos. Las salas pequeñas no siempre se llenan. Ahora aprovechando ese ambiente de los directos íntimos puedo declararme blusera. No sé si es moda, pero últimamente al rededor escucho muchos vientos de saxo y trompeta y mucho compás de bombo y espuela.

Salas como La Coquette (Hileras, 14) siempre han dado preferencia al blues y géneros próximos o influenciados, algún rock and roll o jazz, pero todos los días tienen música en vivo gratis. El club es un sótano abovedado de paredes de ladrillo con un rollo muy íntimo y una acústica especial, ya que la humedad es palpable. Siempre hay muy buena agenda, pero si no sabes cuando ir, los domingos es un buen día para iniciarte y experimentar, verás una divertida jam session donde te puedes sumar siempre que quieras.

En la zona de Alonso Martinez hay mucha tradición de salas que ofrecen jam session los jueves, donde se cuelan muchos bluseros, como el ThunderCat (Campoamor, 11) o el Junco (Pl. Santa Bárbara, 10). El Honky Tonk (Covarrubias, 24) local en el que hay varios tipos de conciertos, últimamente vemos como se cuelan, cada vez más, bandas de blues.

En el barrio de Chueca, la gente siempre está a la moda y sus locales se adaptan perfectamente. Ahora hay varios sitios donde no te sentirás raro por escuchar música de minorías, pues ya comienza a ser tendencia. El Intruso (Augusto Figueroa, 3) se debate entre el blues, el jazz, el funky y las sesiones de dj's. Y el Bogui Jazz (Barquillo, 29), aunque sea más conocido y reciba el nombre de otro estilo, también se está dejando llevar por la corriente.

El Café Central (Pl. del Ángel, 10) es otro mítico club de jazz cerca de la Plaza de Santa Ana, aunque muchas veces se pasa al blues y atrae a una audiencia similar.
La James Joyce (Alcalá, 59) aunque sea un irlandés muy típico, donde ver deportes y celebrar San Patricio, también ha caído en las redes del blues en alguna ocasión.

El Héroes (Francisco de Rojas, 9) es una discoteca especializada en música de los 80's y 90's que comienza con espectáculos de música en directo, y ahora parece apostar por el blues en vivo.
Clamores (Alburquerque, 14) se caracteriza por la música en directo de diferentes ritmos, pero como estamos comprobando el blues está conquistando allá por donde pasa.
El 14 (Conde Duque, 14) es un bar de rock que solo abre de jueves a domingo, y en esos días se está notando de forma significativa la presencia de armónicas. Y algunas salas en ocasiones nos sorprenden, como el Café Berlín (Costanilla de los Ángeles, 20), el Barco (Barco,34), Blackbird Rock Bar (Huertas, 22) o el Pirata's (Navales, 33, Alcorcón) que tienen más tipos de música, jazz o rock, desde hace un tiempo tienen noches de blues.

Además, no sé si propiciado por la demanda o por la oferta de este tipo de evento, tenemos hasta algunas webs especializadas, con calendario a nivel nacional, incluido. Lo mejor de lo mejor en La Hora Del Blues, como se llama esta página. Aunque bromeamos con la tendencia por el invierno y la tristeza, lo que sería triste es que cuando empiece el buen tiempo la gente deje de escuchar buena música. De hecho, es muy agradable escuchar blues al sol, como en el South Side Fertival que se celebra a finales de mayo en Leganés.