miércoles, 6 de julio de 2016

El amuleto del trabajo, la creatividad y la voz

Penny Necklace es un amuleto, es un collar con un penique colgando de él, que según la supersticiosa cultura anglosajona trae buena suerte. La fortuna sonrió a Odette, Julia, Marta y Diana cuando las unió como banda bajo el nombre Penny Necklace.

Lo que comenzó hace 7 años con guitarra y voz, después del 2014 se convirtió en el grupo que conocemos ahora compuesto por cuatro integrantes, con alguna modificación este último año.

Penny Neclace se define como agrupación, pero no estrictamente musical, ya que como sugiere el nombre de su último álbum Fanzine, son imagen, literatura y, por supuesto, música. Preparando un valor añadido a su producto discográfico añaden y unifican toda su creatividad en el proyecto.


En anteriores trabajos eligieron como idioma el inglés, más internacional. En esta ocasión, vuelven a su lengua materna, el castellano, con unas letras más íntimas y personales, escritas en primera persona para expresar con la mayor intensidad sus experiencias de "cómo viven las relaciones humanas y los sentimientos que rodean al amor", según ellas mismas definen.

El momento de su descubrimiento, para mí se tornó mágico. Acudía a un concierto de Victoria Music en La Industrial (San Vicente Ferrer, 33), donde esperaba ver un grupo desconocido, unas tal Penny no sé qué..., y encontré a Odette, una voz potente a la vez que insinuante y unas bases electrónicas, pero muy sensuales y transmisoras. Nunca habría imaginado que en esa tarde de domingo rara escuchara un sonido tan sugerente. Catarsis para el alma y para el instinto que llevamos dentro.

Odette temblaba al pulsar las cuerdas de su guitarra, cuesta creer que pudiera mantenerse ahí de pie con esos nervios, cuanto más que templara la garganta para proyectar ese canto hacia el auditorio. El rollo entre cantautora y estrella del indie, atrapa e impresiona. Sus temas tiene un parecido a las baladas antiguas de Shakira por la nasalidad con la que los interpreta, mezclados con otros del estilo Zahara o la voz de Florence and The Machine por esa fuerza que casi llega al grito que parece no costarle nada.

Después de un par de canciones que evocaban al relax y el romanticismo, respectivamente, subió al escenario José Samano, Joe, del grupo The Ivory Maze. Con Joe al lado, Odette se transforma, saca toda su garra y sensualidad. Deja la guitarra a su casi improvisado acompañante para tomar el teclado a modo de mesa de mezclas y nos deleitan con temas más enérgicos aunque también consiguen revolver nuestros sentimientos.

Como el propio ocultismo, estos ritmos y melodías te hechizan y cautivan, mientras aguardamos al destino que nos tienen preparado estas chicas amuleto. Sin saber dónde podremos verlas de nuevo, esperando a ver que les depara la suerte a las seguramente afortunadas Penny Necklace.

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