Mercado, museo, cañas, tapas, conciertos... Eso es el Mercado de Motores, mucho más que un mercado. Llegando estas fechas se multiplican como hongos las concentraciones de compra-venta, los llamados mercadillos. Habitualmente artesanías, productos premium, biológicos, artículos vintage, y algunas rarezas que siempre quedan bien en un amigo invisible, debajo del árbol por Navidad o sobre los zapatos el día de Reyes.
Yo sigo con mis planes de domingo, y este además sería extensible al sábado, en un principio día de Saturno. Posteriormente, día del reposo del latín sabbatum, del griego sábbaton y del hebreo shabat que significa descansar. Según la biblia, el sábado era el séptimo y último día de la semana, en el que Dios descansó cuando vio su obra hecha y finalizada. Hasta que el emperador romano Constantino I el Grande decidió que el domingo pasara a ser el último y más importante día de la semana.
En cualquiera de estos dos bonitos días que forman el fin de semana, podremos visitar el Mercado de Motores, que además de ser un mercado de variedades, es un museo, el del ferrocarril, y un lugar de cañas con muy buena música en directo.
Uno de sus encantos es la situación. Enmarcado en la estación de Delicias, inaugurada en 1880 como la primera estación de Madrid con estructura metálica, el mercado se ha ido celebrando al rededor de las vías de tren. La estación fue proyectada por el francés Émile Cachelièvre y construida en tiempo récord, solo 11 meses, y además, actualmente, todavía alberga máquinas que datan de los tiempos de los inicios de la locomotora y la vida ferroviaria.
No te confíes, no puedes ir cualquier fin de semana, solamente podrás disfrutarlo el segundo de cada mes, excepto en el mes de agosto que se cierra por vacaciones. Aunque antes de aventurarte, consulta las fechas porque hay citas especiales, como la de este mes, mes de las compras, que tendremos dos oportunidades: los próximo 13 y 14 y 20 y 21 de diciembre.
Otra de las peculiaridades de este mercado es que necesita cambio de moneda, como si fueras a otro país, el de los sueños, o a otra época, al siglo anterior. Para comprar, para degustar las croquetas de boletus o morcilla, hamburguesas deluxe o pizzas artesanas y catar alguno de los vinos que se ofrecen, tienes que pagar con moneda del Mercado de Motores, como ocurre en algunos festivales. A las 11 de la mañana se abrirán las puertas, con acceso libre, a este mundo mágico y se cerrarán el sábado a las 22 y el domingo a las 20 horas. Incluso puedes circular montado sobre un tren, en realidad sobre un trenecito, pero pasando la puerta a este mundo, todo podría ser realidad.
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