Además nos muestra su lado más altruista y cómo la
paternidad ha cambiado ciertos aspectos de su vida, ahora quizá más
sensible a los débiles y las causas pobres.
-¿Qué nos cuentas de esta nueva serie, “Frágiles”?
-Es una serie de emociones, de emociones positivas que
es un retrato de la vida misma. Porque la vida no tiene un género en
sí, te puedes levantar con drama y acabar en comedia, pasando por
otros estados. Creo que la serie es un reflejo de lo que es la vida,
hay gente que lo puede estar pasando muy mal, pero darle un aspecto
positivo y relativizarlo.
-Y tu personaje ¿Cómo es Pablo?
-Yo creo que Pablo es un personaje que no lo está
pasando bien, porque tiene una situación personal muy complicada,
pero eso hace que se enfrente a la vida sin miedo, dice peor de lo
que estoy no puedo estar, así que le hecha valor. Y es lo que les
enseña a sus pacientes que vienen con problemas, con situaciones
complicadas. Hay que salir para adelante.
-Pablo es fisioterapeuta ¿Cómo te preparaste ese
lado del personaje?
-Lo estuvimos preparando, porque yo soy tocón, me
gusta, lo disfruto incluso, pero de forma profesional no lo había
hecho nunca. Y nos pusimos a trabajar con profesionales, incluso en
rodaje había una chica que nos asesoraba para que la cosa fuera
propia, que tuviera un sentido y que la gente que entiende y lo vea
no se eche las manos a la cabeza y piense pero ¡qué hace le va a
romper las vértebras!
-¿A quién te gustaría recibir en la consulta?
-Hay una lista de espera importante. No sé gente con
sensibilidad sobre todo, a parte de que el físico siempre ayuda, yo,
como Pablo, no soy una persona que se queda solo en el exterior, es
importante el interior, el mobiliario...
-Claro, Pablo es el mejor en lo suyo, si tienes un
problema ve a su consulta, porque la salud es muy importante, si no
tienes salud, lo demás no sirve para nada.
-¿En cuanto a la trama amorosa, que le espera a
Pablo?
-Hay un lío ahí espectacular. Es un triángulo amoroso
complicado, porque está la mujer, la hermana, Elia... Elia Galera
que es una paciente con un problema de paraplegia que cree que no va
a poder volver a andar y Pablo se implica mucho con los casos, con la
gente, y quieras que no el roce hace el cariño. Y él está en una
situación personal en la que no quiere líos y está cerrado al
amor, pero hay cosas que no se pueden controlar. Me ha costado
gestionar todo esto.
-Como han dicho los productores, trabajáis con un
método algo inusual en televisión de improvisación qué te parece?
-Cuando a mí me hablaron de este proyecto y me
comentaron la forma de trabajo, yo conocía “La pecera de Eva”
porque conocía a uno de los guionistas de ahí, a Botello, él ya me
había comentado la forma de trabajar y dije ostras, porque sólo
había trabajado así en teatro. A base de improvisaciones ir fijando
el guión. Pero en televisión, pensé esto es una locura, antes de
grabar estáis ahí que no sabéis que decir, improvisando, diciendo
venga va vamos a hacerlo. Esto tiene que ser de locos y como yo soy
un inconsciente dije, vamos allá.
-¿Fue determinante a la hora de decidirte a formar
parte del equipo?
-La verdad es que fue uno de los alicientes, una de las
cosas que me motivaba a la hora de hacer esta serie.
-¿Y que tal ha ido la experiencia?
-Pues tiene sus problemas, porque hay días que te
levantas, que también nos levantamos muy pronto, que tampoco le veo
necesidad, y hay días que tener un guión escrito y saber lo que
tienes que decir te ayuda, te centras, te agarras a eso y ya está.
Pero aquí no, aquí teníamos que ver la situación, hablarla,
ensayarla, probarla, darla dos vueltas, había veces que no acababa
de funcionar la cosa y le teníamos que dar una vuelta más...
-¿Así se hace más importante la labor del director
de actores?
-La suerte que tuvimos es que estábamos de la mano de
Manu. Realmente fue un privilegio porque los personajes estaban muy
bien dibujados, que es importantísimo a la hora de improvisar. Y,
después, encontrarte con un grupo de actores y de trabajo donde la
cosa salía muy fácil y surgía fluido.
-Costaría acostumbrarse, ¿no?
-Sí, quizá los primeros días, el primer capítulo,
costó más buscar, encontrar y demás, pero luego la cosa fue muy
fluida.
-¿Alguna escena te costó especialmente?
-Pues sí hubo alguna secuencia complicada, pero no te
la voy a contar. Me he dado cuenta de que no te la puedo contar. Pero
hay un momento con mi mujer que también... Pero en general, fue muy
gratificante poder trabajar de esta manera, sin guión, porque yo
creo que surgen cosas que de otra manera sería imposible.
-¿Entonces la labor de los guionistas se pierde?
-No, es cierto que la labor de los guionistas es
elogiable, pero si es cierto que la improvisación te da momentos que
no se pueden plasmar en un guión con palabras, sino que surgen. Y
creo que “Frágiles” tiene muchos momentos de esos que todos
tenemos. Momentos que pasan y son grabados y son irrepetibles,
emocionantes y que te llegan.
-¿Qué te parece que se estrene en agosto, temporada
baja para la tele?
-El trabajo lo hacemos para el público, para que le
guste, esa es nuestra máxima. Pasárnoslo bien, por supuesto, hacer
algo de lo que nos sentamos orgullosos. Pero en definitiva nosotros
lo hacemos para los telespectadores. Nuestro máximo éxito sería
que la gente que lo viera, le gustara y lo disfrutara. Yo lo veo un
producto que me gusta y estoy orgulloso, no sé como va a reaccionar
la gente porque cuantas más años llevas menos entiendes. Depende
muchas cosas intangibles que no controlamos, y como no lo podemos
controlar, lo mejor es no preocuparse.
-Pero las audiencias importan...
-Sí, pero se mide en Share no en millones de
espectadores, entonces se mide de esos espectadores cuántos están
viéndolo. No sé si será mejor o peor estrenar en agosto. Yo no
tengo ni idea, pero los que lo han decidido son gente que se dedica a
ello y jan pensado que es un buen momento, son los que se juegan el
dinero... y no los considero tontos.
-¿Qué tienes tu del personaje?
-Soy muy vulnerable con la debilidad, muy defensor de
las causas pobres y cuando tienes hijos... Yo por mis hijos mato, de
Belén Esteban, es que es verdad, es que la entiendes.
-¿En qué te ha cambiado la paternidad?
-Cuando eres padre entras en un club que desconocías
por completo, ver películas en las que aparecen niños que lo pasan
mal, ahora te tocan de una manera que antes no te tocaban.
-¿Cómo compaginas el trabajo con la vida familiar?
-Lo intento, pero es complicado y siempre tiene que
haber sacrificios, tanto por un lado como por otro.
-¿Las campañas de Mali y el Sáhara quizá son por
dar apoyo a los débiles?
-Sí seguramente, pero la ayuda solidaria también tiene
un lado egoísta, hace que te sientas mejor. En el fondo es una
mezcla de generosidad y egoísmo, una cosa rara. Pero sí que es
cierto que siempre que le puedo echar una mano a alguien...
-¿Colaboras de forma cotidiana o en momentos
puntuales?
-Pues ahora estoy de lleno con un chico que que se llama
Nacho, que tiene Síndrome de Dent, que es una enfermedad rara, él
es el único caso en Cataluña y hay 14 casos en España. Es una
mutación de un cromosoma que implica problemas renales y demás. Y
le conocí, fui a hacerme unas fotos en el hospital, y llevaba unas
zapatillas del Barça igual que las que tiene mi hijo y eso me
dejó... Podría ser mi hijo. Estuve hablando con su madre y ella
creó una asociación y estoy trabajando con ella, hicimos una gala
benéfica... Y estoy muy volcado porque es una enfermedad que no
tiene cura y es un niño de dos años y todo lo que puedas hacer para
echarle una mano y sacar dinero para investigación e intentar poner
un poco de cordura a lo que es la vida.
-¿Crees en el humor como medicina?
-Es básico, yo creo que el humor siempre nos ha servido
para salir de los malos momentos. Yo creo que a ves la gente se
olvida de lo bueno que es el humor y de lo terapéutico que resulta.
Y lo bueno que es para momentos complicados relativizar las cosas. La
situación es la que es y todo depende de como nos lo tomemos. Y está
claro que si nos lo tomamos con sentido del humor saldremos más
fácilmente que si nos quedamos flagelándonos. Una visión positiva
siempre ayuda.
-Fantástica, imaginate casi 700 km en bicicleta durante
6 días, es un castigo para el cuerpo, pero es muy regenerador para
la mente. Usé dos botes de vaselina, todo el culo bien untado.
Cuando llegué estuve una semana de descanso porque realmente llegas
cansado, es agotador. Y ahora me estoy preparando para el Extreme Man
en Menorca que son 1.900 metros nadando, 90 km de bicicleta y 21,1 km
corriendo, el 23 de septiembre. Es un triatlón.
-¿Y eso, eres muy deportista?
-Es la crisis de los 40, que dicen que te da por hacer
deporte.
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