jueves, 15 de octubre de 2015

Los vecinos al piano ponen sintonía al barrio

Artistas anónimos han regalado su arte sin previo aviso, sin cobrar entradas y sin esperar ovaciones. Han ofrecido sus manos a los transeúntes que pasaban, esperaban o curioseaban haciéndoles más amena su mañana, sus esperas o sus tardes vacías. Madrid se llena de pianos es una iniciativa de la Fundació Jesús Serra y el Concurso Internacional de Música Maria Canals para acercar la música a todos los madrileños. En esta nueva edición ya ha llegado a 8 pianos, 2 de ellos de gran cola, repartidos por la calle Serrano y la Plaza de las Cortes.



Vivas o no por la música, un piano siempre consuela el alma, proporciona un respiro, apacigua esas fieras que tenemos por compañeras de viaje: la rutina y el estrés. Se hace el silencio, en las miradas de la improvisada audiencia se nota una leve sonrisa provocada por el sentimiento de paz, aunque sea momentáneo.

Un remanso donde vuelan las musas y se inspiran los espíritus yermos de creatividad. Sin darte cuenta, las buenas vibraciones atrapan tu día. Fluirá en la misma frecuencia contagiada de los herzios que has escuchado esperando que el disco del semáforo de Serrano cambiara de color, mientras ibas a esa pesada reunión.

Los osados que se atrevían con las más de 80 teclas del piano (más de 90 los de gran cola) no pasaban filtro ni debían ir de etiqueta. Zapatos de diario, deportivas, botas de tacón, incluso de agua, pisaron sus pedales. Aunque tampoco faltaron los que se acercaban vestidos y ataviados para la ocasión de traje negro y camisa blanca. Los más jóvenes demostraron que aprenden en sus primeras clases y así irán perdiendo la vergüenza para combatir un futuro miedo escénico. 

Manos con nombre pasaron a acariciar estas joyas el ganador de 59 Concurso María Canals, Stanislav Khristenko sobre el medio día y a las 13.00 horas el compositor madrileño Juan Antonio Simarro dieron un par de pequeños conciertos en el piano de la Plaza de Colón.

Clásica, bandas sonoras, jazz, temas actuales hasta rock and roll vibraron en sus cuerdas. Hasta que se soltó el público y la gente se puso a cantar como con Imagine de LennonLa casa por el tejado de Fito, con la Puerta de Alcalá como telón de fondo. Madrid se llena de pianos, también se llenó de músicos, artistas y amantes de la música hasta el cierre, a las 20.00 horas, bien entrada la noche a la luz de las farolas.




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