El olor a pintura, el ritmo de scraches en los platos, el ambiente con el inconfundible ruido de rodajes de tablas de skate haciendo saltos imposibles... Hemos viajado en el espacio-tiempo; estamos en el New York de final de los 70´s. Partiendo de la premisa de que 'el arte no es un crimen' esta muestra de más de 800 fotografías de Henry Chalfant se convierte en todo un grito por exculpar el graffiti desde el inicio del movimiento. Un recorrido de una década (1977-1987), caminando muy de cerca de los primeros osados en empuñar el spray para plasmar sus inquietudes.